Eliot retornaba sintiendo la brisa fresca que Boreal traía de su viaje por el norte, la luna brillaba imponente sobre su cabeza, iluminando tenuemente su camino de sombras rasgadas, que buscaba en aquellas extrañas tierras cercanas a los cielos.
No lo sabía… recordaba que en un tiempo llegó a vivir allí tal vez en otra vida alejada por indescifrables tiempos de la suya, su némesis lo aguardaba allí expectante para cambiarlo, para devolverlo o preservarlo, pero él no lo sabia, quizás lo intuía y por eso estaba allí engañando su voluntad.
Eliot descendió de su vuelo escondiendo sus alas en la espalda, la respuesta estaba en aquella región en aquella extraña superficie que él no podía pisar, caminó por las aguas del lago que brillaba cristalino y del reflejo de la luna en el agua emergió ella, como una extraña flor al compás de la lluvia y un
suave viento primaveral, sobre su cuerpo manifiesto resplandecían las gotas que por él transitaban, libres.
--¿Qué es lo que buscas en estas extrañas y prohibidas tierras para ti, Eliot? --dijo ella, mirando sus ojos extraños, amables, pacíficos, pero con una extraña melancolía indescifrada.
--Tal vez te busco a ti --respondió éste, acortando las distancias, ella sin entender escrutó más allá de sus ojos, buscando el ánima de aquel ser.--A mí, pero se te ha prohibido que desciendas a estas tierras, ¿por qué me buscas?
El viento recorrió el lago, giró a través de ella y se retiró como había llegado.--Yo he descendido a las tierras que tú creaste, no a sus tierras, eso no se me está prohibido, sólo quiero estar a tu lado, para enseñarte el calor que brindan las estrellas, o el encanto del viento y los secretos que trae de tiempo lejanos que quiere develar.
Eliot avanzó hasta que sintió la respiración de la joven junto a él.--Siempre soñé con los momentos en que mi mundo se transformara en perfección y nunca creí que sería posible alcanzarlo.
La luna iluminaba la escena conmovida, tal vez ésa era la esencia que todo poeta busca desde su ánima, el estado de obnubilación de los sentidos, el abrigo del alma, el verdadero calor que abriga de verdad.Yo estaba cautivado, sólo expectante, pero aquella magia desapareció, el mundo se volvió mundo, la joven del agua me miró indignada y yo me sentí un idiota; había invadido un mundo que no me pertenecía, pero aquella magia tan real doblegaba mi ser, la chica del agua quitó sus pies del charco que la mojaba, se paró y caminó en dirección opuesta a la mía. Yo decidí no seguirla. Cada uno puede gestar su propio mundo, la lluvia empezó a caer y yo retorné a mi casa mientras mi cuerpo se mojaba, el viento me llenaba los pulmones cuando abrí la puerta y mi mundo apareció tras ella.
No lo sabía… recordaba que en un tiempo llegó a vivir allí tal vez en otra vida alejada por indescifrables tiempos de la suya, su némesis lo aguardaba allí expectante para cambiarlo, para devolverlo o preservarlo, pero él no lo sabia, quizás lo intuía y por eso estaba allí engañando su voluntad.
Eliot descendió de su vuelo escondiendo sus alas en la espalda, la respuesta estaba en aquella región en aquella extraña superficie que él no podía pisar, caminó por las aguas del lago que brillaba cristalino y del reflejo de la luna en el agua emergió ella, como una extraña flor al compás de la lluvia y un

--¿Qué es lo que buscas en estas extrañas y prohibidas tierras para ti, Eliot? --dijo ella, mirando sus ojos extraños, amables, pacíficos, pero con una extraña melancolía indescifrada.
--Tal vez te busco a ti --respondió éste, acortando las distancias, ella sin entender escrutó más allá de sus ojos, buscando el ánima de aquel ser.--A mí, pero se te ha prohibido que desciendas a estas tierras, ¿por qué me buscas?
El viento recorrió el lago, giró a través de ella y se retiró como había llegado.--Yo he descendido a las tierras que tú creaste, no a sus tierras, eso no se me está prohibido, sólo quiero estar a tu lado, para enseñarte el calor que brindan las estrellas, o el encanto del viento y los secretos que trae de tiempo lejanos que quiere develar.
Eliot avanzó hasta que sintió la respiración de la joven junto a él.--Siempre soñé con los momentos en que mi mundo se transformara en perfección y nunca creí que sería posible alcanzarlo.
La luna iluminaba la escena conmovida, tal vez ésa era la esencia que todo poeta busca desde su ánima, el estado de obnubilación de los sentidos, el abrigo del alma, el verdadero calor que abriga de verdad.Yo estaba cautivado, sólo expectante, pero aquella magia desapareció, el mundo se volvió mundo, la joven del agua me miró indignada y yo me sentí un idiota; había invadido un mundo que no me pertenecía, pero aquella magia tan real doblegaba mi ser, la chica del agua quitó sus pies del charco que la mojaba, se paró y caminó en dirección opuesta a la mía. Yo decidí no seguirla. Cada uno puede gestar su propio mundo, la lluvia empezó a caer y yo retorné a mi casa mientras mi cuerpo se mojaba, el viento me llenaba los pulmones cuando abrí la puerta y mi mundo apareció tras ella.
CEFIRO
No hay comentarios:
Publicar un comentario